Ambos hechos generaron un profundo impacto dentro de la institución y en toda la comunidad, al tratarse de trabajadores esenciales que, como tantos otros, cargan con exigencias laborales, estrés acumulado, sueldos bajos y condiciones que desde hace tiempo son señaladas como factores de alto desgaste emocional.
Especialistas consultados en reiteradas oportunidades por distintos organismos provinciales han advertido que la salud mental de los efectivos de seguridad requiere atención prioritaria. Guardias prolongadas, presión laboral constante, escasez de recursos, situaciones de violencia y salarios que muchas veces no alcanzan para cubrir necesidades básicas constituyen un escenario de riesgo para quienes cumplen funciones críticas de protección ciudadana.
En los últimos años, trabajadores policiales de la provincia han expresado de manera creciente su preocupación por el escaso acompañamiento psicológico estructural y por la falta de equipos especializados con presencia permanente en comisarías, unidades especiales y dependencias operativas.
El fallecimiento de dos agentes en un mismo día obliga a reforzar la mirada institucional y social sobre un problema que no puede seguir esperando: la protección emocional de quienes protegen a los demás.
Compañeros de las víctimas —reservando las identidades para evitar estigmatizaciones— mencionaron que muchos efectivos evitan solicitar apoyo psicológico por temor a sanciones, estigmas internos o a quedar fuera de funciones operativas. Ese silencio forzado agrava situaciones que podrían abordarse a tiempo con acompañamiento profesional adecuado.
Organismos nacionales e internacionales recomiendan protocolos integrales de cuidado, programas obligatorios de seguimiento psicológico, espacios confidenciales de consulta, fortalecimiento salarial y una política clara de prevención del estrés laboral crónico.
En un contexto laboral complejo y de gran responsabilidad social, la prevención del sufrimiento emocional de los trabajadores de la seguridad pública debe ser una prioridad. La comunidad policial, sus familias y la sociedad fueguina en su conjunto atraviesan un momento doloroso, y este doble fallecimiento evidencia la necesidad de reforzar políticas públicas que protejan la salud mental de quienes sostienen la seguridad de la provincia.
Si vos o alguien que conocés está atravesando un momento difícil, podés pedir acompañamiento gratuito y confidencial:
Línea 135 (desde todo el país)
011-5275-1135 (desde cualquier lugar)
Línea provincial de emergencia o centros de salud más cercanos
Hospital Regional Río Grande – Guardia de Salud Mental
Hospital Regional Ushuaia – Servicios de apoyo psicológico
Hablar puede salvar una vida. Ninguna persona debe atravesar sola una situación de sufrimiento emocional.