En los supermercados, las ventas medidas a precios constantes cayeron 0,8% interanual y también retrocedieron 0,2% respecto de agosto, lo que confirma la desaceleración del consumo masivo.
Aun con subas de precios, el sector facturó a precios corrientes $1.962.362.995, un 23,8% más que en el mismo mes de 2024, empujado básicamente por incrementos de precios. El ticket promedio alcanzó los $30.099, un 31,2% más que un año atrás.
Entre los rubros con mayores aumentos interanuales se destacan:
Indumentaria, calzado y textiles para el hogar: +53,4%
Carnes: +45,2%
Alimentos preparados y rotisería: +35,2%
Otros: +34,8%
En cuanto a la forma de pago, se observa una fuerte dependencia del financiamiento:
Tarjeta de crédito: 44,1%
Tarjeta de débito: 26,4%
Efectivo: 16,2%
Otros medios: 13,3%

Los centros comerciales tampoco escaparon a la tendencia. En septiembre, las ventas cayeron 3,4% interanual, un dato que confirma la retracción del consumo recreativo y de bienes no esenciales.
A precios corrientes, los shoppings facturaron $486.913.888, lo que implica un aumento del 18,9% respecto del año anterior, nuevamente influido por la inflación.
Los rubros más dinámicos fueron:
Indumentaria, calzado y marroquinería: +35,3%
Patio de comidas, alimentos y kioscos: +17,8%
Ropa y accesorios deportivos: +13,6%
Electrónicos y computación: +10,3%
El rubro mayorista –termómetro clave del abastecimiento de comercios de barrio y compras familiares al por mayor– mostró la caída más pronunciada:
13,1% interanual
5,2% respecto de agosto
En el acumulado anual, las ventas se contrajeron 7,4% frente al mismo período de 2024.
A precios corrientes, la facturación fue de $287.852.667 (+7,9%), con un ticket promedio de $36.959 (+11,5%).
Los rubros con mayores aumentos interanuales fueron:
Carnes: +29,9%
Panadería: +15,6%
Bebidas: +13,3%
Almacén: +12,4%

En este sector se destaca un cambio en la modalidad de pago:
Otros medios de pago: 32,9%
Tarjeta de crédito: 28,3%
Efectivo: 22,7%
Tarjeta de débito: 16,2%
Los datos del INDEC confirman que, más allá de las variaciones de precios, el consumo real continúa estancado. La caída simultánea en supermercados, mayoristas y shoppings evidencia un escenario en el que los hogares ajustan gastos, reducen compras no esenciales y priorizan promociones, cuotas o alternativas de financiamiento.
Mientras la inflación continúa impactando en bienes esenciales —particularmente alimentos— el mercado interno enfrenta una de sus etapas más débiles de los últimos años, sin señales claras de recuperación.