“Mi cáncer no puede esperar”, repitió varias veces. Su voz, quebrada, reflejaba el cansancio de más de un mes sin respuestas y sin acceso regular a la medicación que requiere para combatir un cáncer de mama y un cáncer de esófago con tumor maligno.
Vilma describió en FM Master´s, que desde fines de octubre no logra acceder a su medicación ni continuar con el esquema de tratamiento que necesita de manera urgente.
Aseguró que la farmacia de OSEF no tiene stock de los remedios esenciales y que solo recibe indicaciones para peregrinar por distintas farmacias externas, muchas de ellas también sin disponibilidad debido a las deudas de la obra social.
“¿Para qué tenemos una farmacia con cuatro o cinco empleados si no hay medicación? Solo te ponen un sello y te mandan a otra que supuestamente trabaja al cien por cien. Pero no es verdad. OSEF le debe a todo el mundo”, cuestionó.
El corte de servicios de la Clínica San Jorge la afectó de manera directa. Contó que ayer tenía un turno con un especialista para tratar el dolor severo en su brazo izquierdo —el único que puede usar, ya que el derecho fue intervenido por su cáncer previo—, pero al llegar le informaron que no atenderían más afiliados de OSEF desde las 0 horas.
“En días más me tienen que inyectar la medicación que uso para ver si el tumor retrocede. ¿Cómo hago ahora?”, expresó.
Relató además que hace 45 días también había quedado sin medicación, que debió ir diez veces a la farmacia, y que solo un empleado, “de buena voluntad”, logró conseguirle uno de los remedios desde Río Grande.
La paciente contó que ya no le entregan calmantes esenciales por el daño en su estómago, ni siquiera el Dermaglós que necesita para la piel extremadamente sensible y adherida a las costillas tras no poder colocarse expansor.
La última vez recibió solo uno de los dos medicamentos principales de su tratamiento:
Fulvestrant (cadena de frío) sí se lo dieron.
Ácido hialurónico, fundamental para reconstruir el esófago, no.
“Si no tengo el otro, no sirve de nada. No puedo seguir el tratamiento. Mi cáncer no espera.”
Vilma fue tajante y sostuvo que la responsabilidad política es ineludible.
“Para mí el gobernador es un ladrón. Lo digo con todas las letras. Es lo peor que hemos tenido desde el ‘75.”
Además pidió una explicación clara sobre el destino de los fondos que se descuentan a los afiliados:
“Yo aporté 33 años. Me siguen descontando como jubilada y hoy estoy sin atención. ¿Dónde va la plata?”
Entre lágrimas, Vilma contó que vive con miedo, dolor y ansiedad permanente:
“Yo tendría que estar tranquila, sabiendo qué día voy a tener mi medicación. Pero no duermo de noche pensando cómo voy a hacer.”
Agradeció la solidaridad de vecinos que incluso le regalaron medicación que la obra social no le entrega.
“¿Cómo puede ser que la gente sea solidaria y el Gobierno no haga nada?”
También cuestionó la falta de hospital, la escasez de profesionales y la inacción de los organismos que deberían intervenir:
“Hay una Comisión 5 que se mata trabajando, pero no solucionan nada. Los pacientes no somos nada. Estamos solos.”