CORDOBA.- La efectiva llegada de las primeras unidades del avión de combate F-16 de procedencia danesa representa la culminación de un extenso proceso político, militar y diplomático que se inició en el año 2023.
Tras obtener el visto bueno del Congreso de los Estados Unidos para la transferencia de armamento y tecnología considerada sensible, la Nación pudo acceder a este sistema de combate. El modelo es reconocido dentro de la OTAN como el más probado, fiable y eficaz.
En febrero de 2025, la Fuerza Aérea presentó formalmente su primer F-16B de instrucción en la VI Brigada Aérea con asiento en Tandil. Aquel evento constituyó la primera señal palpable de un plan más ambicioso: restaurar las capacidades perdidas, actualizar la doctrina militar y concretar un salto cualitativo tras numerosas décadas de obsolescencia en el equipamiento. El avión, identificado como "Número 250", ya cuenta con plena operatividad para la instrucción, lo que consolida el inicio formal de la capacitación local de los pilotos y técnicos.
El acuerdo contractual definitivo fue rubricado en abril de 2024. La adquisición comprende un total de 24 unidades F-16 A/B MLU Block 15, implicando una erogación que se acerca a los USD 300 millones. El paquete de compra no se limitó únicamente a las aeronaves. También incluye la provisión de simuladores, un lote de repuestos, el armamento de origen estadounidense aprobado por Washington, misiles AIM-9X y AIM-120, soporte logístico y la transferencia de conocimiento operacional.
Desde mediados de 2025, el Ministerio de Defensa, bajo la gestión de Luis Petri, supervisó la ejecución de remodelaciones necesarias en el Área Material Río Cuarto y en la base de Tandil. El objetivo de estas obras fue adecuar las instalaciones existentes, los hangares, la seguridad perimetral y los sistemas de abastecimiento. A partir del mes de junio, diversas delegaciones técnicas argentinas viajaron a Dinamarca para acompañar la puesta a punto de los seis primeros ejemplares y organizar el traslado intercontinental con destino a la Argentina.
La etapa logística se completó en noviembre. El equipo técnico del país recibió el lote inicial en territorio danés y se procedió a la firma del documento de transferencia. Las aeronaves emprendieron entonces el viaje hacia Sudamérica, contando con el apoyo de un avión reabastecedor KC-135 de la USAF y diversas recargas de combustible realizadas en vuelo. La ceremonia oficial de recepción se concretó el pasado 5 de diciembre. Fue encabezada por el presidente Javier Milei, el ministro Luis Petri y la plana mayor de las Fuerzas Armadas.
Los F-16 realizan en estos momentos vuelos sobre el Área Metropolitana de Buenos Aires, Río Cuarto y Tandil. Ya se encuentran desarrollando prácticas de intercepción y entrenamiento avanzado. Argentina recupera así una capacidad de disuasión real en su espacio aéreo que estuvo ausente durante treinta años. Este acontecimiento resulta estratégico. La modernización de las Fuerzas Armadas se vuelve tangible, la industria nacional tiene participación en el soporte y mantenimiento de las unidades, y la nación consigue un mejor posicionamiento frente a posibles amenazas regionales.
La llegada de los F-16 significa el retorno a una política de defensa activa y profesional, con una clara alianza con las naciones de Occidente. Se trata de un cambio de época en la política de defensa nacional.