viernes 12 de diciembre de 2025 - Edición Nº2564

Generales | 11 dic 2025

EN RESPUESTA A LA REFORMA LABORAL

El sindicalismo activa la calle y presiona a la CGT por un paro general

La presentación del proyecto de contrarreforma laboral en el Congreso aceleró la reacción de las organizaciones gremiales y sociales, que debaten cómo unificar la protesta del jueves 18 y forzar a la central obrera a endurecer su posición.


BUENOS AIRES.- El gobierno de Javier Milei ingresó al Senado el proyecto que busca modificar profundamente la normativa laboral argentina. Esta iniciativa apunta a modificar derechos de los trabajadores, las libertades sindicales y el ejercicio de la huelga.

Frente a este embate, la izquierda, cuerpos de delegados, comisiones internas, centros de estudiantes, movimientos sociales y organismos de derechos humanos lanzaron una convocatoria inicial para marchar el día 18.

Este jueves, la Central General del Trabajo (CGT) se sumó a la jornada, llamando a movilizarse a Plaza de Mayo, pero sin declarar una huelga. Por ello, está en debate la necesidad de conformar un polo independiente que inicie la concentración a las 14:00, con el objetivo de exigir un paro activo nacional y un plan de lucha. Esta columna independiente buscará asegurar la continuidad de la movilización durante el resto de la tarde. La respuesta a estos ataques debe darse con la participación plena de la clase trabajadora, tanto aquella en relación de dependencia como la informal o desocupada.

Tal como se difundió previamente, la cúpula de la CGT mantuvo una deliberación a puertas cerradas con su Consejo Directivo. El encuentro se concretó con el fin de analizar los pasos a dar ante el paquete de reforma laboral presentado en el Congreso por el gobierno nacional.

Finalmente, al mediodía de este jueves, la central sindical comunicó su decisión de llamar a una movilización para el día 18. Esta medida, sin embargo, no fue acompañada por un paro nacional. Dicha ausencia no permite garantizar que la protesta tenga la contundencia necesaria para paralizar el país y asegurar la participación de cientos de miles de manifestantes.

El anuncio de la conducción de la CGT se produjo luego de que una serie de organizaciones sindicales, comisiones internas y cuerpos de delegados del sector combativo ya hubieran comenzado a coordinar la protesta. A ellos se sumaron centros de estudiantes y los partidos que integran el Frente de Izquierda, quienes convocaron a una masiva marcha hacia el Congreso en rechazo a lo que definen como una reforma laboral esclavista.

El arco independiente había pautado la convocatoria para el jueves a las 18:00, con una concentración inicial en la Avenida de Mayo y la Avenida 9 de Julio de la Capital Federal. Ahora, la discusión se centra en el desafío de cómo participar también desde las 14:00 como una columna autónoma dentro de la marcha convocada por la CGT. El objetivo irrenunciable es elevar la demanda de un paro nacional y de un plan de lucha hasta conseguir doblegar la ofensiva impulsada por el gobierno de Milei.

La participación independiente en la medida que impulsa la CGT resulta indispensable para presionar por la continuidad de un plan de lucha sostenido. La historia indica que la dirigencia de la central obrera no está dispuesta a llevar un plan de lucha hasta las últimas consecuencias. Existe la posibilidad de que vuelvan a sentarse a negociar con el Poder Ejecutivo y el empresariado, lo que podría traducirse en una merma de derechos para el conjunto de los trabajadores.

En este marco, la organización y el fortalecimiento desde las bases de forma independiente son fundamentales para afrontar los severos ataques que se avecinan.

Los sectores movilizados mantienen un pliego de exigencias claro. El mismo incluye derrotar la reforma penal represiva y el paquete de leyes que buscan perjudicar al pueblo trabajador. En este punto, se subraya que la ley de glaciares no puede ser modificada. Se demanda un paro activo de alcance nacional por parte de la CGT y la CTA. Además, se reclama un plan de lucha sostenido hasta que se derrote la totalidad del proyecto de Milei, Trump y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Se exige el cese de la persecución a los trabajadores del Hospital Garrahan, al movimiento piquetero independiente y a todos los sectores en lucha. Finalmente, se reivindica la defensa del derecho a huelga, de los convenios colectivos de trabajo, la democracia sindical y un aumento urgente en los salarios y las jubilaciones.

Convocatoria para el 18

Bajo el lema "El 18 en las calles: abajo la reforma y las leyes antipopulares," la convocatoria ha comenzado a expandirse. Ya están adheridos sindicatos, comisiones internas y cuerpos de delegados combativos; centros de estudiantes universitarios, terciarios y secundarios; organismos de derechos humanos y movimientos sociales. A ellos se suman los partidos políticos que integran el Frente de Izquierda Unidad.

Se espera que ese día la presencia en las calles sea multitudinaria. La clase obrera se encuentra en una dura contienda contra lo que se ha dado en llamar la "esclavitud laboral" y contra el plan de ajuste implementado por Milei, el FMI y la cúpula empresarial.

El plan del gobierno y las grandes patronales tiene como fin la precarización de los trabajadores. Este es el eje central del paquete de reforma laboral que acaba de ingresar al Congreso. Las autoridades lo presentan con el término “modernización laboral”, pero la realidad es que busca simplificar y abaratar los costos de los despidos. Además, se propone aumentar la jornada laboral, flexibilizar aún más las condiciones de empleo y eliminar o limitar fuertemente el derecho a huelga o la posibilidad de realizar asambleas.

Hasta el momento, la CGT había reaccionado a estos ataques únicamente con declaraciones. La única "protesta" visible de su dirigencia fue su ausencia en la última reunión del Consejo de Mayo. Ahora convocaron a una movilización para el jueves 18, pero no incluyeron un paro nacional. Esta decisión no permite que la fuerza de la clase trabajadora se exprese en su totalidad ni que cientos de miles puedan marchar. Por ello, se insiste en exigirles un paro nacional con un plan de lucha.

La necesidad inmediata es convocar a asambleas en todos los lugares de trabajo. Esto permitirá que los trabajadores discutan, en primer lugar, el verdadero alcance de la reforma laboral. En segundo término, será la oportunidad para decidir de manera democrática cómo enfrentar esta avanzada y cómo sostener la lucha hasta la derrota total de los planes oficiales.

Entre quienes ya han confirmado su convocatoria a la movilización, se encuentran los sectores del sindicalismo combativo que se reunieron esta semana en el gremio Ademys, protagonistas de las recientes luchas de resistencia. A ellos se suman jubilados, organizaciones sociales y la totalidad del arco de la izquierda.

La pelea exige una presencia masiva. Por eso, es urgente organizarse desde ahora. Desde todos los espacios de trabajo y estudio, desde el movimiento de lucha de las mujeres, desde los movimientos sociales y desde todos los gremios que se oponen a estas leyes nefastas. La consigna es clara: es la hora de salir a la calle. Es una disputa entre ellos y el pueblo. La participación es ineludible.

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