Según explicó en una entrevista reproducida por la Agencia Noticias Argentinas, las modificaciones apuntan a “dar previsibilidad a los empleadores, reducir litigiosidad y permitir modelos de trabajo más flexibles”. Pero también reconoció que el financiamiento del nuevo Fondo de Asistencia Laboral (FAL) provendrá de dinero que actualmente va al sistema jubilatorio, lo que implicará una reducción de recursos para las jubilaciones.
A continuación, los puntos centrales de la reforma.
Sturzenegger sostuvo que la reforma permitirá pactar salarios en pesos o dólares, aunque aclaró que la figura de “pago en especie” no incluye tickets de supermercados ni de comida.
Uno de los cambios más significativos es que se habilita la negociación salarial por empresa, con el argumento de que el costo de vida y la capacidad de pago difieren entre regiones.
“Si en una provincia el costo de vida es mucho más bajo, no se puede exigir el mismo salario que en Zárate o Campana. La idea es que cada empresa y cada región puedan diseñar su propia relación laboral”, afirmó.
El ministro aseguró que no se modifica la base histórica de un mes por cada año de servicio, pero sí se “precisa” cómo se calcula la indemnización.
Se excluirán del cálculo conceptos como aguinaldo y vacaciones.
El objetivo, dijo, es “evitar la creatividad judicial” y reducir los incentivos para litigar.
“La indemnización no es el problema para las empresas. Lo problemático son las actualizaciones que determinan los jueces”, sostuvo.
Otro cambio relevante es la flexibilización del régimen de vacaciones:
Podrán dividirse en períodos más cortos si trabajador y empleador lo acuerdan.
Sturzenegger dijo que esto responde a una demanda de los jóvenes y a nuevas dinámicas laborales.
“Hoy la gente pide una cosa totalmente diferente. Tomarse un día, después una semana, después otro día. Eso es lo que estamos habilitando”, explicó.
La reforma introduce un modelo de banco de horas, permitiendo reorganizar la jornada laboral:
Se podrá trabajar más horas un día (por ejemplo, 12) y compensar con menos horas otro.
Esto debe ser de mutuo acuerdo entre empleador y trabajador.
Sin embargo, el ministro no aclaró qué resguardos existirá para evitar abusos, un punto que ya genera preocupación en el ámbito sindical.
Uno de los ejes más sensibles de la reforma es la creación del Fondo de Asistencia Laboral (FAL):
Se compone del 3% de las cargas laborales.
Ese porcentaje dejará de ir al sistema previsional y quedará disponible para el empleador.
La finalidad: afrontar despidos y litigios laborales.
“Es un ahorro previo para contingencias. Hay una parte que el Estado no se lleva y queda para el empleador”, explicó Sturzenegger.
La confirmación de que el sistema jubilatorio perderá recursos abre un debate paralelo sobre su sostenibilidad futura.
Con estas definiciones, Sturzenegger dejó en claro que la reforma no será solo para nuevos contratos, sino que impactará de manera directa sobre toda la estructura del empleo privado.
En un país con altos niveles de informalidad, caída del salario real y tensiones entre trabajadores y empleadores, la iniciativa se perfila como una de las transformaciones más profundas —y polémicas— del Gobierno.