USHUAIA.- En una entrevista exclusiva emitida por FM Master’s, la nueva conducción de la Cámara de Comercio de Ushuaia, encabezada por su presidente Daniel González y la vicepresidenta Claudia Fernández, expuso una radiografía realista y muy desafiante acerca del estado actual del sector comercial en Tierra del Fuego.

Con un diagnóstico que fue unánime, los directivos señalaron que el año 2026 no implicará una tregua para el sector. Insistieron en que la única vía de escape se basa en innovar, atreverse a asumir riesgos y fortificar las herramientas necesarias para que la actividad pueda resistir un proceso económico al que describieron como histórico y sin precedentes.

Claudia Fernández dejó formalmente la presidencia luego de ocho años al frente de la entidad, aunque continúa activa tanto en la cúpula directiva como en la definición de la estrategia institucional.

Según manifestaron ambos referentes, el principal logro de su período no fueron los proyectos aislados, sino la consolidación de un equipo estable, comprometido y de alcance transversal. Este equipo logró sumar a pequeños y medianos comerciantes, emprendedores y nuevos actores económicos que, tradicionalmente, no habían tenido participación en la institución.

González admitió que, durante muchos años, la Cámara fue vista como un ámbito exclusivo para grandes negocios. Reconoció que la apertura social y territorial impulsada por Fernández transformó el perfil de la entidad. Este capital político, su llegada a distintos actores sociales y la visibilidad obtenida, sostienen, es un activo que resulta indispensable proteger.

El análisis sobre el presente y el futuro próximo resulta contundente. El informe de la Cámara registra una merma en las ventas, menor circulación de dinero, un sostenido aumento de los costos, una logística cada vez más onerosa, consumidores con hábitos en constante mutación y un mercado nacional abierto, rápido y competitivo que impacta directamente en la realidad fueguina.

González resumió la situación afirmando que “estamos experimentando un malestar histórico, el sistema se ha modificado y recién ahora empezamos a tomar conciencia de ello”.

Los dirigentes ven al comercio local atravesando una transición inigualable. La rentabilidad ya no proviene del stock de productos, como sucedía en el año 2023, sino de la calidad del servicio, la atención al cliente y la capacidad de adaptación tecnológica. Para lograr subsistir, el comerciante fueguino debe llevar adelante una reconversión con presencia en redes, el uso de inteligencia artificial, estrategias de marketing, comunicación y capacitación constante.

Una iniciativa inédita

El anuncio más impactante de la entrevista fue la promoción de un proyecto histórico: la puesta en marcha de la Bolsa de Comercio Tierra del Fuego. Esta figura representa una herramienta de financiación y atracción de inversiones que existe en otras provincias, pero que nunca antes había sido planteada de modo formal en la isla.

González explicó que ya se encuentran realizando las primeras diligencias a nivel nacional. Tienen encuentros pautados con la Comisión Nacional de Valores (CNV) y con la Cámara de Valores, impulsados por el apoyo de CAME y contactos estratégicos de otras cámaras provinciales. El objetivo es claro: generar financiación auténtica para fundar nuevas empresas, atraer inversores y acompañar un verdadero giro en la matriz productiva.

La propuesta se apoya en una lógica económica funcional en otras islas del mundo. El costo logístico no afecta a los instrumentos financieros, y los beneficios impositivos vigentes en Tierra del Fuego vuelven al territorio muy atractivo para la movilización de capitales.

Por otra parte, Claudia Fernández puso un freno a la discusión que atraviesa la economía local hace dos décadas. Sostuvo que el debate no debe centrarse en la desaparición de la Ley 19.640, sino en la urgencia de repensar el subrégimen industrial. La ley debe mantenerse como una herramienta soberana para el desarrollo.

Las cámaras del sector están trabajando activamente para acercar ideas, proyectos y alternativas que permitan diversificar la economía provincial. Adelantaron que en el transcurso de esta semana se reunirán con autoridades nacionales del área PYME para presentar nuevas herramientas y exponer necesidades específicas del sector.

Los dirigentes detallaron cómo el propio consumidor fueguino ha modificado sus patrones de compra desde la inflación del 2023. Antes, se compraba a principios de mes con el fin de ganarle a los aumentos. Hoy se compra al día, en el almacén del barrio, lo cual reduce las grandes compras y prioriza lo fresco, lo inmediato y lo accesible. Este cambio obliga al comercio a ajustar estrategias, inversiones, logística, surtido y formas de atención.

A esta realidad se agrega un actor con un dominio cada vez mayor: Mercado Libre. Desde este año, la plataforma implementó transporte directo a la isla con costos muy reducidos o nulos, lo cual está afectando fuertemente al comercio radicado en la provincia.

La Cámara responde con la única vía que considera efectiva: capacitación permanente, modernización y el agregado de valor.

González fue categórico al afirmar que “si queremos que los precios al público se reduzcan, es imperioso trabajar sobre la logística”.

Hoy la logística es el componente más pesado en la estructura de costos del comercio fueguino. La Cámara exige políticas provinciales y nacionales que permitan disminuir ese impacto. Esto abarca infraestructura, acuerdos logísticos, incentivos o mecanismos fiscales que compensen la insularidad.

El apartado más crítico de la entrevista estuvo marcado por un fuerte reclamo a la Legislatura Provincial. Se cuestionó que lleva meses sin sesionar, y que un proyecto de moratoria, solicitado por el sector privado desde el mes de agosto –es decir, hace más de cuatro meses– no fue abordado.

González lo explicó sin eufemismos al señalar que “un pedido de moratoria no es especulación, es una necesidad urgente. Pagamos sueldos todos los meses, no estamos solicitando que nos regalen nada, pedimos instrumentos para subsistir”, aseveró.

También recalcaron que mientras el Gobierno Nacional promueve la disminución de la presión impositiva, la Provincia sigue sin dar respuestas que acompañen la merma de rentabilidad que sufre el comercio.

Fernández aportó una perspectiva social y emotiva del comercio fueguino. Mencionó programas como el del collar de girasol para personas con autismo, que capacita a los empleados para brindar una atención preferencial y adecuada.

Esa experiencia pone de manifiesto, además, la dimensión comunitaria de la actividad mercantil. Una madre lo sintetizó diciendo “comprando local le estoy pagando el sueldo a mi vecino”.

La Cámara destaca que este tipo de vínculos sociales son fundamentales para sostener la economía local frente al avance de plataformas externas.

Finalmente, González y Fernández describieron un comercio más castigado, más exigido, con mayor conciencia de la necesidad de transformarse, con menor margen de error operativo, y con un Estado provincial que, según su planteo, no está brindando el apoyo con la celeridad que la situación exige.