RIO GRANDE.- Luego de la inauguración de la flamante Plazoleta del Muelle, el mandatario Gustavo Melella abordó una variedad de temas provinciales ante la prensa. Sus declaraciones abarcaron desde la coyuntura económica y la producción fueguina, hasta la gestión mancomunada entre el municipio y la provincia, y las propuestas de reforma constitucional y laboral.

En primera instancia, hizo hincapié en que la solidaridad en épocas de crisis es un imperativo, advirtiendo que, en estos momentos, "aparecen las mezquindades". Con un marcado sentido de urgencia, sostuvo que los espacios, ya sea la nueva obra, los recintos municipales, las escuelas o los gimnasios, deben estar al servicio de la totalidad de la ciudadanía: manualistas, artesanos, emprendedores, pescadores y productores. Melella dejó en claro que si la dirigencia no logra unirse para intentar superar la crisis y "sobrevivir", esto implicaría un duro juicio sobre la clase política.

En el ámbito interno, el gobernador afirmó que existe una óptima disponibilidad por parte de la administración provincial y municipal para trabajar de forma articulada. Señaló que la intención es evitar la superposición de iniciativas y, en cambio, potenciar los esfuerzos compartidos entre ambos estamentos.

Narcicismo

Al profundizar sobre la crisis económica, Melella eludió toda responsabilidad provincial y criticó severamente la gestión que se lleva adelante en la Casa Rosada. Calificó la debacle como una "decisión política del gobierno nacional" que prioriza la macroeconomía y desprecia la microeconomía.

Detalló que, como resultado de esa estrategia, cierran pymes, las industrias se contraen, el turismo se desploma y se pierden puestos de trabajo. En este marco, sostuvo que la provincia enfrenta el desafío complejo de sostener la producción y el empleo mientras intenta administrar los efectos de medidas económicas externas.

Añadió que son los funcionarios nacionales "los responsables" de que la industria textil cierre, de que se desplome la producción tecnológica y de que caiga el turismo. Pintó un panorama muy complejo y duro, indicando que si la situación de la industria no se resuelve, la región perderá cinco mil fuentes laborales. Insistió en que la pérdida de empleo en el sector industrial tiene una repercusión inevitable en los comercios, emprendedores y cuentapropistas, dejando en claro que el problema actual de Río Grande no obedece a factores externos.

Los opositores son los malos

En lo que respecta a la relación con los sectores opositores, Melella afirmó que no existe resentimiento político después de las elecciones. Mantuvo que un servidor o dirigente público debe acatar el mensaje de las urnas y trabajar para todos. Aseguró que el gobierno no inquiere sobre la afiliación política, sea esta libertaria, de Unión por la Patria, independiente, peronista o radical, y que los espacios se encuentran abiertos para todos.

Consultado sobre proyectos legislativos prioritarios, el mandatario destacó la ley de acuicultura, catalogándola como necesaria para la zona norte. Hizo énfasis en la obligación de generar trabajo y mantener la producción, manifestando que no se puede tolerar la pérdida de más empleo ni la caída de los ingresos provinciales. De inmediato, dirigió sus críticas a "ciertos ambientalistas" que se limitan a utilizar "spots simpáticos o lemas lindos" para oponerse a la salmonicultura sin conocer realmente la propuesta. Declaró que, si bien no se refería a los activistas locales, existe un financiamiento externo que busca activamente bloquear las inversiones. Subrayó que, ante la presencia de empresas interesadas en invertir, es obligatorio sostener e incrementar la producción para así esquivar conflictos mayores de desempleo y la consecuente disminución de los recursos.

Sobre la reforma constitucional y la laboral, Melella sentenció que "la modificación de la Carta Magna es necesaria" y  "la resistencia de algunos responde a que se les terminarían los privilegios". En lo que atañe a la discusión laboral, sostuvo que es preciso debatir, mejorar, renovar y modernizar la normativa, pero con la condición innegociable de que los trabajadores no pierdan sus derechos. Finalizó advirtiendo que no es admisible fortalecer la microeconomía perjudicando a la clase trabajadora.

Finalmente, el gobernador ratificó su llamado a la unidad de esfuerzos en esta instancia, insistiendo en que el fracaso es la única alternativa si no se logra la alineación para avanzar. Reafirmó la necesidad de ser solidarios para que "todos puedan vivir".