El primer premio, inmediato y mayúsculo, es la clasificación directa a la Copa Libertadores 2026. El equipo platense ocupará el cupo Argentina 2, asegurando su presencia en el máximo torneo continental y reforzando su perfil histórico como animador habitual de la competencia sudamericana.

Pero la consagración no se agota en la Libertadores. El título del Clausura también le abrió la puerta al Trofeo de Campeones 2025, donde enfrentará a Platense, ganador del Torneo Apertura. Esa final ya tiene fecha y sede: 20 de diciembre en San Nicolás, otro partido de alto voltaje para cerrar el año a pura competencia.

Y el camino de definiciones puede extenderse todavía más. Si Estudiantes logra imponerse en el Trofeo de Campeones, quedará habilitado para disputar la Supercopa Internacional, en la que se medirá frente a Rosario Central, campeón de la tabla anual y reconocido como Campeón de Liga. Además, ese mismo logro le permitirá jugar la Supercopa Argentina, ante el ganador de la Copa Argentina, sumando otra final a su horizonte inmediato.

En cuanto al reparto de cupos internacionales, la consagración del “Pincha” no generó liberación de plazas para otros equipos. Al haber finalizado decimoquinto en la tabla anual, Estudiantes no ocupaba previamente lugares de clasificación, por lo que el club que terminó perdiendo su chance fue Independiente, que quedó sin acceso a torneos continentales.

Así, el título del Clausura no fue solo una vuelta olímpica más. Fue el punto de partida de una seguidilla de desafíos que reposicionan a Estudiantes como protagonista absoluto: finales nacionales, copas internacionales y un 2026 que lo encuentra otra vez donde mejor se mueve, jugando por cosas grandes.