En diálogo con FM del Pueblo, Armas remarcó que se trata de una política pública sostenida en el tiempo, que año tras año incrementa su alcance y consolida una base productiva cada vez más amplia. “Hoy vemos una demanda enorme, invernaderos a pleno y más productores que se suman. Esto no solo genera alimentos frescos para la comunidad, sino también trabajo y movimiento en la economía local”, señaló.

El funcionario explicó que el programa incluye la entrega de plantines de más de veinte variedades de verduras y frutos, acompañada por asistencia técnica permanente, visitas a las chacras y capacitaciones, con el objetivo de garantizar un uso eficiente de los recursos y mejorar la calidad productiva. En comparación con la temporada anterior, donde participaron 234 productores, el crecimiento fue calificado como “muy significativo”.

Armas subrayó que el impacto del programa se refleja en la presencia creciente de productos locales en almacenes, mercaditos y carnicerías de la ciudad, así como en el derrame económico que genera toda la cadena productiva, desde la siembra hasta la comercialización. En ese sentido, indicó que la producción local ya supera el 10% del abastecimiento de alimentos en Río Grande, cuando hace seis años apenas alcanzaba el 2%.

Además, destacó el trabajo articulado con otras áreas municipales y organismos como el INTA y el SENASA, tanto en el sector frutihortícola como en la producción porcina, avícola y de huevos, con incentivos vinculados al ordenamiento ambiental, la sanidad y la convivencia comunitaria en zonas productivas como la Margen Sur.

El secretario también valoró el rol de las universidades, en particular la UTN y la UNTDF, en la generación de conocimiento, formación técnica e investigación aplicada, y remarcó la importancia de la carrera de Ingeniería en Agroecología como parte de una estrategia de desarrollo productivo con identidad local.

Finalmente, Armas sostuvo que, en un contexto económico complejo, la producción de alimentos se consolida como una alternativa real de empleo y desarrollo para la comunidad, y llamó a profundizar la articulación público-privada para atraer inversiones, potenciar la economía circular y seguir ampliando la matriz productiva de Río Grande. “Producir alimentos es producir trabajo, conocimiento y soberanía. Ese es el camino que estamos fortaleciendo”, concluyó.