Si bien el calendario marca diciembre, en Río Grande aún no se registran días agradables de calor. A esto se suma que la reciente nevada en Ushuaia genera un marcado descenso de temperatura en la ciudad, lo que agrava las condiciones en las que funciona la dependencia policial.

Ante este escenario, desde otras comisarías debieron trasladar estufas eléctricas para intentar calefaccionar de manera precaria las instalaciones y garantizar mínimas condiciones de trabajo y atención al público.

La situación genera una profunda preocupación, ya que se trata de una dependencia clave para la atención de mujeres, niñas, niños y familias en contextos de violencia, un servicio esencial y altamente sensible para la comunidad. La falta de calefacción afecta tanto al personal que cumple funciones en el lugar como a las personas que concurren a realizar denuncias o solicitar asistencia.

El retiro del medidor por una deuda impaga expone serias falencias en la gestión y el mantenimiento de edificios públicos, y vuelve a poner en debate las condiciones en las que operan áreas fundamentales del Estado provincial, especialmente aquellas vinculadas a la protección de derechos.

Hasta el momento no se informó oficialmente cuándo se regularizará la situación para restablecer el suministro de gas en la comisaría.