El reclamo, que generó cruces en reuniones y discusiones que han enrarecido el ámbito laboral, quedó plasmado en una nota dirigida al secretario general del gremio, Jorge Brua, donde los trabajadores sostienen que ambos dirigentes “no nos representan a los afiliados abajo firmantes” y denuncian que priorizaron intereses personales por sobre los derechos colectivos.
En el escrito, los empleados son categóricos:
“Han demostrado que no tienen interés por defender los derechos de los compañeros, poniendo sus apetencias personales por encima de cualquier beneficio de los afiliados”, expresaron, dejando en evidencia el quiebre de confianza con la conducción gremial local.
Uno de los párrafos más duros señala que los trabajadores se sienten “utilizados”, al considerar que la lucha sindical iniciada por un reclamo salarial terminó beneficiando únicamente a quienes encabezaban la protesta.
“Nos sentimos utilizados en cuanto a mantener una lucha que comenzó por un incremento salarial y terminó con el otorgamiento del cargo de Asesora Administrativa del Concejo Deliberante a la Sra. Pérez”, indica la nota.
Para los afiliados, este desenlace expone una “profunda falta de ética y moral” y constituye un acto de deslealtad sindical, agravado por el hecho de que otro integrante de la conducción de APEL también habría sido beneficiado con un cargo político, mientras el reclamo de fondo quedó sin respuesta.
El conflicto se intensificó aún más cuando, tras un cruce directo dentro del edificio del Concejo, Adriana Pérez habría manifestado que no tenía por qué dar explicaciones a los trabajadores, situación que terminó de encender el malestar y derivó en la recolección de firmas para exigir su apartamiento.
Por estas horas, los trabajadores mantienen reuniones internas para analizar la situación y definir los pasos a seguir, mientras crece el cuestionamiento a una dirigencia gremial que, según denuncian, abandonó la defensa colectiva para negociar beneficios personales.
Cabe destacar que, en medio de este escenario, Adriana Pérez habría iniciado su período vacacional el 17 de diciembre, mientras el reclamo sindical continúa escalando y amenaza con profundizar la crisis de representación dentro de APEL.
