La convocatoria llega sobre el límite del calendario legislativo y vuelve a exponer una dinámica que se repitió durante todo 2025: sesiones espaciadas, tratamientos exprés y falta de debate profundo sobre cuestiones clave para la provincia. A pocos días del cierre del año, el cuerpo legislativo se reúne sin que, hasta el momento, se haya difundido con claridad un temario completo ni el alcance real de los proyectos que podrían abordarse en el recinto.
Desde distintos sectores políticos y sociales se cuestiona que decisiones de alto impacto institucional, económico y ambiental se intenten resolver “a las apuradas”, sin el trabajo previo necesario en comisiones ni instancias de participación pública. Una metodología que, lejos de fortalecer el rol del Parlamento, profundiza la percepción de improvisación y desconexión con las demandas reales de la comunidad fueguina.
El año legislativo que se encamina a su cierre deja un balance pobre: pocas sesiones, debates postergados y proyectos sensibles que quedaron cajoneados o avanzaron sin el consenso necesario. En ese marco, la sesión del lunes aparece más como un movimiento defensivo para “cerrar el año” que como una verdadera instancia de discusión democrática.
La expectativa ahora está puesta en conocer qué se intentará tratar y bajo qué modalidad, y si la Legislatura volverá a repetir la lógica de aprobar iniciativas sobre tablas, sin el análisis que ameritan, o si finalmente habrá lugar para un debate serio y transparente.