El relevamiento del INDEC, que contempla a una población de referencia de alrededor de 30 millones de personas, arroja los siguientes indicadores generales:
Tasa de actividad (TA): 48,6%, lo que representa a 14,6 millones de personas económicamente activas.
Tasa de empleo (TE): 45,4%, equivalente a 13,6 millones de personas ocupadas.
Tasa de desocupación (TD): 6,6%, que alcanza a cerca de 1 millón de personas.
La tasa de actividad mostró una suba de 0,5 puntos porcentuales respecto al segundo trimestre del año y un incremento interanual de 0,3 puntos. Dentro de la población económicamente activa, se mantiene una brecha de género: la participación fue del 70,1% en varones y del 52,6% en mujeres, considerando a la población de 14 años y más.
En cuanto a la tasa de empleo, se ubicó 0,9 puntos por encima del trimestre anterior y 0,4 puntos más que en igual período de 2024, consolidando una leve recuperación del nivel de ocupación.
Sin embargo, el informe también advierte sobre la persistencia de la informalidad laboral, que alcanza al 43,3% de las personas ocupadas. Del total de trabajadores, el 71,9% son asalariados, y dentro de ese grupo, el 36,7% se desempeña en condiciones informales. Además, el 24,5% trabaja por cuenta propia, el 3,2% son empleadores y el 0,4% trabajadores familiares sin remuneración.
La tasa de desocupación cayó un punto porcentual en comparación con el trimestre anterior (del 7,6% al 6,6%) y 0,3 puntos respecto al mismo período del año pasado. En términos absolutos, la población desocupada se estimó en 958.000 personas.
El desempleo continúa afectando más a las mujeres (7,4%) que a los varones (5,9%). A nivel regional, las mayores tasas se registraron en:
Región Pampeana: 7,5%
Gran Buenos Aires (GBA): 6,8%
En contraste, las regiones con menor nivel de desocupación fueron:
Patagonia: 5%
Noroeste: 4,7%
El informe del INDEC se conoce mientras el Gobierno nacional impulsa una reforma laboral, actualmente en discusión legislativa. En ese marco, los datos oficiales muestran una mejora interanual e intertrimestral del mercado de trabajo, aunque con desafíos persistentes como la informalidad, la desigualdad de género y las diferencias regionales.
Si bien la baja del desempleo representa un dato positivo, el escenario laboral sigue siendo frágil y expone la necesidad de políticas que no solo apunten a crear empleo, sino también a mejorar su calidad y estabilidad, especialmente en las regiones más postergadas del país.