sábado 20 de diciembre de 2025 - Edición Nº2572

Generales | 20 dic 2025

Expandir Ushuaia

Quién gana con la ampliación del ejido urbano de Ushuaia

18:20 |La iniciativa que (en principio) se debatirá en la Legislatura proyecta expandir el ejido urbano de Ushuaia en más de un 500%, una decisión de enorme impacto territorial que abre preguntas clave: ¿a quién beneficia realmente esta ampliación?, ¿quiénes invertirán en la infraestructura necesaria?, y cómo se piensa una ciudad más grande cuando la actual aún enfrenta serios problemas de servicios básicos.


Un dato central atraviesa el debate y explica buena parte de las tensiones: el proyecto oficial prevé multiplicar el ejido urbano de Ushuaia por más de cinco veces su superficie actual. La magnitud de la ampliación no tiene antecedentes recientes en la provincia y despierta interrogantes inevitables. ¿Quiénes son los actores que se verán beneficiados por la incorporación de miles de hectáreas al ejido? ¿Existe un plan concreto de inversión pública o privada para llevar agua, energía, cloacas, transporte y equipamiento urbano a esas nuevas áreas? Y, sobre todo, ¿cómo se proyecta una ciudad extendida cuando amplios sectores de la Ushuaia actual aún padecen deficiencias estructurales en servicios esenciales? Sin respuestas claras, la ampliación corre el riesgo de profundizar desigualdades y trasladar problemas no resueltos a una escala mucho mayor.
El próximo lunes, la Legislatura de Tierra del Fuego volverá a poner en agenda un proyecto que, de aprobarse, marcará un antes y un después en la historia urbana de Ushuaia. La propuesta de ampliación masiva del ejido urbano, impulsada desde el oficialismo, no solo redefine los límites territoriales de la capital provincial, sino que abre una discusión de fondo sobre cómo, para quiénes y con qué planificación se construye ciudad.

Un debate acelerado para una decisión histórica

La magnitud de la medida contrasta con la velocidad del tratamiento legislativo. En pocas semanas, el proyecto pasó de comisión a estar en condiciones de ser votado, sin que se haya dado un debate público amplio ni se hayan expuesto con claridad estudios técnicos integrales sobre impacto ambiental, capacidad de servicios, costos de infraestructura o modelo de desarrollo urbano.

La ampliación del ejido no es un simple corrimiento de líneas en un mapa. Implica definir dónde se podrá construir, quién accederá a la tierra, cómo se garantizarán servicios esenciales como agua, energía, cloacas y transporte, y qué áreas naturales quedarán protegidas o expuestas a la urbanización. Nada de eso parece hoy saldado.

Servicios colapsados y ciudad incompleta

Uno de los puntos más sensibles del debate es que Ushuaia todavía no logra resolver déficits estructurales dentro de su ejido actual. Barrios sin servicios completos, problemas de acceso a la vivienda, dificultades en el sistema de agua potable y energía, y una infraestructura urbana que creció de manera desordenada son parte de la realidad cotidiana.

En ese contexto, ampliar el ejido sin un plan de inversiones concreto despierta una pregunta incómoda:
¿se está pensando en una ciudad más justa y ordenada o simplemente en habilitar suelo para futuras disputas inmobiliarias y políticas?

Ambiente, silencio y falta de consensos

La preocupación ambiental también atraviesa el debate. Las áreas que podrían incorporarse al ejido cumplen funciones ecológicas clave y forman parte del paisaje que define a Ushuaia como ciudad turística y ambientalmente sensible. Sin estudios públicos y transparentes, la ampliación aparece como una decisión de alto riesgo.

A esto se suma un dato político relevante: la escasa participación institucional y social. El Concejo Deliberante de Ushuaia no tuvo un rol central en la discusión y la comunidad no fue convocada a instancias de debate previo. Recién después de una eventual aprobación se habla de un referéndum, cuando la decisión política ya estaría tomada.

El trasfondo político

El tratamiento del proyecto se da, además, en el cierre del año legislativo y en una sesión cargada de temas estratégicos. Para algunos sectores, el apuro responde más a necesidades políticas que a una planificación seria, y deja la sensación de que se intenta resolver en pocos días lo que debería discutirse durante meses.

La ampliación del ejido urbano puede ser una herramienta válida si está acompañada por una visión de desarrollo integral, participativa y sustentable. Pero sin esas condiciones, corre el riesgo de transformarse en una decisión improvisada con consecuencias irreversibles.

Una decisión que excede una sesión

El lunes no se vota solo un proyecto. Se define qué tipo de Ushuaia se imagina para las próximas décadas: una ciudad planificada o una ciudad extendida sin rumbo; una capital pensada para sus habitantes o un territorio abierto a intereses que no siempre miran el bien común.

Por eso, más allá del resultado de la votación, la discusión sobre el ejido urbano ya dejó al descubierto una deuda pendiente: la necesidad de debatir el futuro de Ushuaia de cara a la sociedad, con información, transparencia y participación real.

El lunes será clave. Pero las consecuencias, si se avanza sin consenso ni planificación, pueden durar generaciones.

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