USHUAIA.- Las cifras del mercado de trabajo correspondientes al tercer trimestre de 2025 pusieron de manifiesto las marcadas asimetrías que existen entre las principales zonas urbanas del sur del país. Según el relevamiento del INDEC, el promedio de desocupación para la región patagónica se estableció en un 5%, con un margen de variación del 10,9% que otorga solidez estadística al dato global cuando se lo analiza como un bloque conjunto.

En la comparación directa, el aglomerado Ushuaia-Río Grande quedó posicionado en un escalón intermedio con una tasa de desempleo que ronda el 7%. Con un coeficiente de variación del 19,9%, la medición en las ciudades fueguinas refleja un mercado con dificultades evidentes pero que todavía se mantiene al margen de los niveles más preocupantes que atraviesan otros puntos de la Patagonia. Una situación similar se observa en Rawson-Trelew, donde los indicadores también oscilan en valores cercanos a esa franja.

El escenario fueguino se diferencia nítidamente de los extremos de la tabla regional. Por un lado, Comodoro Rivadavia-Rada Tilly y Neuquén-Plottier informaron desocupaciones mínimas del 2,7% y 3,3% respectivamente, traccionadas por la demanda de las cuencas hidrocarburíferas. No obstante, los especialistas advierten que estos números deben tomarse con pinzas debido a su alta volatilidad estadística, lo que impide considerarlos valores exactos sino más bien indicios de una baja incidencia del fenómeno.

Desde el Observatorio de Economía de los Recursos Naturales de la Patagonia Sur destacaron que los coeficientes que superan el 25% representan un semáforo amarillo para la confiabilidad del dato. En el caso de las ciudades petroleras, la baja cantidad de casos captados por la encuesta hace que la cifra sea menos robusta que la de otros centros urbanos donde el problema laboral es más visible para los encuestadores.

La otra cara de la moneda se vive en Río Gallegos, que padece la desocupación más alta de toda la zona con un 10,8%. A diferencia de lo que ocurre en las localidades con pleno empleo técnico, en la capital santacruceña el dato es mucho más estable y fidedigno. El análisis técnico sugiere que la encuesta logra detectar el desempleo con mayor nitidez cuando este se vuelve un problema estructural de la economía local.

Respecto a la situación de Comodoro Rivadavia, el informe profundiza en una paradoja interesante. A pesar de su baja desocupación, la zona muestra una tasa de actividad reducida, lo cual sugiere que no hay una explosión de nuevos puestos sino una población económicamente activa acotada. Esto ocurre mientras otros registros oficiales informan una caída de miles de empleos formales en la provincia de Chubut, especialmente en la rama extractiva de minas y canteras.

En definitiva, la realidad laboral de la Patagonia es un rompecabezas de piezas que no encajan entre sí. El promedio regional termina ocultando disparidades extremas entre el espejismo del pleno empleo en las zonas petroleras y la desocupación consolidada de otros aglomerados, dejando a Ushuaia y Río Grande en una zona de equilibrio inestable que requiere un seguimiento constante.