Su irrupción en la vida institucional se produjo con el retorno de la democracia en 1983, momento en el que comenzó a ocupar un rol central en la reconstrucción política de Río Grande y de Tierra del Fuego. En ese contexto, Martínez fue una de las figuras que emergieron como referencia del peronismo fueguino, en una etapa clave para el país y la provincia.
El 11 de diciembre de 1983, con la asunción del gobierno democrático, Esteban “Chiquito” Martínez asumió como intendente de Río Grande, iniciando una gestión que se extendería hasta diciembre de 1991, atravesando cuatro períodos consecutivos al frente del Ejecutivo municipal. Su administración coincidió con una etapa decisiva de expansión urbana, crecimiento poblacional y consolidación de servicios, que sentaron las bases del Río Grande moderno.
Durante esos años, su figura quedó asociada a un modelo de gestión con fuerte presencia del Estado municipal, orientado al desarrollo de infraestructura, al fortalecimiento institucional y a la organización de una ciudad que crecía aceleradamente al ritmo de la industria y de la migración interna.
En paralelo a su rol como intendente, Martínez tuvo una activa participación en el Partido Justicialista de Tierra del Fuego, llegando a ejercer la presidencia del PJ fueguino, desde donde articuló políticamente una etapa de profundas transformaciones para la provincia.
Su compromiso con el desarrollo local también se expresó en ámbitos estratégicos para la ciudad. Su vida estuvo estrechamente ligada a la Cooperativa Eléctrica de Río Grande, institución vinculada a su familia desde los inicios de la actividad, en la que desarrolló una intensa labor antes de asumir la intendencia. Ingresó como gerente y luego integró su Directorio, ejerciendo la presidencia durante seis mandatos consecutivos, cumpliendo un rol clave en la consolidación de un servicio esencial para el crecimiento urbano e industrial de la ciudad.
Posteriormente, Esteban “Chiquito” Martínez fue diputado nacional, representando a Tierra del Fuego en el Congreso de la Nación y llevando la voz de Río Grande al ámbito legislativo nacional, en años en los que la provincia buscaba afianzar su lugar dentro del esquema federal.
A lo largo de los años, mantuvo una presencia activa en la vida política y comunitaria, convirtiéndose en una referencia permanente en los debates sobre el desarrollo de la ciudad y el futuro de la provincia.
En 2015, el Concejo Deliberante de Río Grande lo distinguió como Ciudadano Ilustre, en reconocimiento a su extensa trayectoria pública, su compromiso con la democracia y su aporte sostenido al crecimiento económico, institucional y social de la ciudad.
La figura de Esteban “Chiquito” Martínez queda así inscripta como la de un dirigente que emergió con la democracia y acompañó, desde un rol protagónico, la construcción del Río Grande contemporáneo, dejando una huella profunda en la memoria colectiva de su ciudad natal.
Su partida deja un vacío difícil de llenar en la vida pública y social de Río Grande. Se va a extrañar su presencia siempre cercana, atenta y amable en cada encuentro popular, en actos, celebraciones y reuniones comunitarias, donde solía decir presente con la sencillez que lo caracterizaba. Muchas veces se lo veía acompañado por Rosario, su compañera de toda la vida, con quien compartió no solo una historia personal, sino también un compromiso profundo con la ciudad y su gente. Esa imagen cotidiana, cercana y entrañable, quedará para siempre en la memoria colectiva.