

El informe generó un inmediato repudio en las redes sociales. Los ciudadanos no tardaron en expresar su indignación al conocer el despilfarro de fondos públicos en una legisladora que, lejos de presentar proyectos o defender los intereses de la provincia, parece haber convertido su cargo en una agencia de turismo personal.
El dato es aún más escandaloso si se hace la cuenta: un pasaje ida y vuelta entre Río Grande y Buenos Aires hoy cuesta aproximadamente 500 mil pesos. Si multiplicamos esa cifra por los 210 viajes, Freites habría gastado 105 millones de pesos en traslados.
Novaresio no ocultó su asombro y sarcasmo al presentar los datos:
"Mirá qué lindo, más de un viaje por día. Hay que hacerlo, eh, mirá que me gusta viajar. Bien, mucho gusto, diputada Freites… Así es, Freites de Tierra del Fuego".
Mientras tanto, los fueguinos enfrentan aumentos en el costo de vida, ajustes salariales insuficientes. La pregunta es clara: ¿para qué se elige a un diputado si lo único que hace es viajar? ¿Qué explicaciones dará Freites a los ciudadanos que, con esfuerzo, pagan impuestos mientras ella gasta cifras millonarias en pasajes?
Una vez más, la política muestra su peor cara: privilegios para unos pocos, mientras la gente común lucha por llegar a fin de mes.