

Según informaron trabajadores del servicio, el sistema que recibe más de 5,000 llamadas semanales por emergencias de bomberos, policía y ambulancias, opera en instalaciones inapropiadas para su correcto funcionamiento. La falta de mantenimiento y la carencia de infraestructura adecuada generan condiciones desfavorables para el personal y comprometen la atención a los ciudadanos.
El propio secretario Pedro Franco reconoció la deficiencia del sistema al declarar que "el sistema no funciona". Sin embargo, lejos de promover soluciones, los trabajadores denuncian que Franco ha ejercido restricciones arbitrarias al impedir la reubicación de agentes que solicitaron trasladarse a otras áreas, reteniendo los trámites administrativos sin justificación.
Desde su llegada al cargo, el funcionario expresó su intención de cerrar la central del 911 y manifestó que quienes no deseen continuar en sus funciones pueden retirarse, aunque luego no gestionó las solicitudes de traslado presentadas por los trabajadores. Hasta la fecha, se han elevado cinco expedientes denunciando las irregularidades, los cuales no han recibido respuesta.
El equipo de trabajo también ha informado la situación a Cristian Garay, Director Provincial del Sistema Integral 911, sin obtener respuesta alguna, agotados por la falta de respuestas y la vulnerabilidad en la que se encuentran, instan a las autoridades competentes y a la comunidad a exigir medidas concretas que garanticen el correcto funcionamiento del servicio, vital para la seguridad de todos los habitantes de Ushuaia.