

El llamado, que fue difundido a través de redes sociales, indicaba que la búsqueda estaba orientada a personas con disponibilidad horaria, buena presencia, actitud positiva, y conocimientos básicos en atención al cliente. Además, se valoraba la capacidad de crear un ambiente divertido para quienes visitan el comercio.
La recepción de currículums se realizó entre las 14 y las 16 horas, pero desde temprano ya se podían ver largas filas de personas esperando con carpetas en mano. La escena no pasó desapercibida: reflejó la creciente necesidad de empleo en una ciudad donde las oportunidades escasean y la crisis golpea fuerte.
“Es muy triste ver tanta gente por un solo puesto. Muchos son chicos jóvenes, otros son padres de familia. Esto no se trata solo de un kiosco que necesita empleados, es una muestra de cómo estamos como sociedad”, comentó una vecina que pasaba por el lugar.
El fenómeno no es nuevo, pero sigue llamando la atención cada vez que se repite. La falta de empleo genuino y estable no solo afecta a Río Grande, sino que es un espejo de lo que ocurre en gran parte del país.