

El local cuenta con buena iluminación, sistema de emergencia y está ubicado a metros de una comisaría, lo que genera aún más preocupación. “Frente hay reflectores, todo está iluminado. Se tomaron su tiempo para bajar la térmica y romper el vidrio”, comentó Mendoza.
El comerciante también recordó que otras sucursales sufrieron hechos similares. “Antes forzaban la puerta, ahora rompen vidrios. Cambiamos cerraduras, reforzamos todo, pero siguen entrando”.
Sobre el accionar policial y judicial, fue contundente: “Si los agarran, los notifican y vuelven a la calle. Ya me robaron dos veces en una semana el año pasado”.
Para cerrar, reflexionó: “Somos una comunidad chica. Nos conocemos todos y duele mucho lo que está pasando”.
Foto ilustrativa