

Así lo informó Mauricio Amatti, delegado general de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA) en Río Grande, quien explicó que Aerolíneas primero cerró oficinas alquiladas y ahora avanza con el cierre de inmuebles propios, como el edificio ubicado en esta ciudad. Actualmente, en la sede trabajan cinco empleados: dos pertenecen a APA y tres a otro gremio. Sobre el futuro laboral de ellos, aún no hay definiciones claras, aunque en otras localidades parte del personal ha sido reubicado en modalidad home office o trasladado al aeropuerto.
Con el cierre, la venta de pasajes se realizará únicamente en el aeropuerto, aunque inicialmente solo para vuelos del mismo día. "Todavía no sabemos qué horario manejarán para la atención en el aeropuerto", advirtió Amatti. Hasta ahora, los usuarios podían adquirir boletos de forma anticipada en la oficina céntrica.
Respecto al edificio que pertenecía a la compañía, el delegado explicó que será cerrado tras el retiro del mobiliario, sin información hasta el momento sobre un nuevo uso.
Amatti destacó que, si bien el cierre genera preocupación entre los trabajadores, Aerolíneas no ha despedido empleados en los cierres anteriores de otras sedes, apostando a reubicaciones. Sin embargo, remarcó que el proceso de transformación responde al creciente avance de las plataformas de venta online.
"La sorpresa fue la aceleración del cierre de las oficinas propias para reducir gastos", manifestó. El miércoles será el último día de atención al público y la agencia cerrará definitivamente sus puertas el 1° de mayo.