

Se trata de la segunda baja en menos de un año —la anterior fue en octubre de 2024—, y está vinculada principalmente a la caída del valor internacional del crudo Brent, el cual sirve de referencia para el mercado argentino. También influyen el tipo de cambio, la carga impositiva y el precio de los biocombustibles.
Desde la empresa explicaron que buscan mantener la competitividad sin comprometer la sustentabilidad del negocio. La decisión se enmarca en un contexto global de menor demanda energética y mayor producción fuera de la OPEP+, lo que ha contribuido a la baja del petróleo.