

Gallardo, reconocida por su trayectoria en el ámbito de la salud fueguina, cuestionó tanto el contenido como la dinámica del encuentro. “Fueron tres horas de exposición técnica, densa, con datos poco creíbles y sin espacio real para preguntas. Ciurano incluso amenazó con levantar la sesión si alguien interrumpía. ¿Eso es democracia?”, expresó indignada.
Durante la reunión, el Tribunal de Cuentas habría admitido no confiar plenamente en los datos que recibe de la OSEF, aunque igualmente los presentó como válidos. Además, Gallardo denunció que en años anteriores el mismo organismo ordenó no auditar expedientes menores a ciertos montos, lo que —según advirtió— “condiciona la auditoría y habilita zonas oscuras en la gestión”.
También ironizó sobre la frase reiterada por los funcionarios del Tribunal: “Nada mueve la aguja”. “¿No mueve la aguja que se triplicó la planta política? ¿Que sectores con sueldos altos, como la Justicia o el BTF, no aportan? ¿Que no hay servicios esenciales como odontología u óptica? Si eso no mueve la aguja, ¿qué lo hace?”, cuestionó.
Finalmente, apuntó contra el rol del Tribunal y de los propios legisladores: “Dicen que hacen recomendaciones. Pero cuando nosotros gestionábamos, ningún convenio se firmaba sin que el Tribunal lo aprobara. Hoy se desligan de toda responsabilidad”.