En la presentación judicial, Taranto sostuvo que los ex soldados R.P. y E.R. declararon falsamente sobre su accionar durante el conflicto bélico, adjudicándole hechos que, según su testimonio, jamás ocurrieron y que habrían perjudicado su honor personal y profesional. Indicó que ambos ex combatientes ni siquiera formaron parte de la fracción a su mando y que existen documentos de 1982 que demuestran que respondían a otros superiores.

El veterano recordó que en 2007 fue acusado públicamente por el CECIM La Plata, a través de un medio de comunicación, y se presentó voluntariamente ante la Justicia en Comodoro Py, donde fue sobreseído con sentencia firme. Sin embargo, aseguró que la continuidad de las denuncias se fundamenta en testimonios tergiversados y sin sustento, que fueron admitidos por el fiscal Rapoport como “nuevos hechos”, a pesar de haber sido presentados años atrás.

“El fiscal Rapoport imputó incluso a un muerto en combate y a un oficial que nunca pisó las islas. Nunca se investigaron los falsos testimonios, lo cual constituye una grave violación al debido proceso”, afirmó Taranto, quien adjuntó en su denuncia copias de testimonios originales y documentos de respaldo.

En su acusación, también mencionó un ejemplo concreto: la primera denuncia en su contra señalaba que había estaqueado al cabo Héctor Manes por carnear una oveja. No obstante, Manes declaró que nunca fue estaqueado, que Taranto no era su jefe directo, y que recibió una sanción formal por parte del jefe de compañía.

Para Taranto, los testimonios fueron manipulados para sostener una causa sin fundamentos, y cuestionó que “la justicia nunca pidió asesoramiento a especialistas en asuntos militares”. Además, pidió una serie de medidas de prueba, la citación de testigos, y una revisión médica a uno de los denunciantes que alegó heridas de combate que, según él, fueron autoinfligidas.

El veterano afirmó que su denuncia no solo busca reparar el daño causado a su nombre, sino también “defender el honor de quienes verdaderamente combatieron en Malvinas, frente a quienes intentan tergiversar la historia por intereses personales o económicos”.