

En diálogo con medios radiales, Martínez calificó la medida como “muy preocupante” y sostuvo que “es un golpe de nocaut a la industria de Tierra del Fuego, que busca cumplir con las exigencias del FMI a costa de destruir nuestro sistema productivo, miles de puestos de trabajo y, sobre todo, resignar soberanía”.
La parlamentaria remarcó que la provincia se ve obligada una vez más a “defenderse todo el tiempo” y reivindicó el rol de Ushuaia como “capital de Malvinas y de la vigilia”, en referencia a la defensa del régimen de promoción industrial y la soberanía.
El régimen de Tierra del Fuego es soberanía, trabajo y desarrollo. No podemos permitir que se lo lleven por delante”, concluyó.