

USHUAIA.- La provincia de Tierra del Fuego se encuentra en un estado de alerta financiero, lidiando con un panorama económico similar al de otras provincias productoras de hidrocarburos. La caída del precio internacional del petróleo y el atraso cambiario están impactando directamente en las finanzas públicas, particularmente en lo que respecta a las regalías hidrocarburíferas y la coparticipación federal.
En el caso específico de Tierra del Fuego, la producción gasífera se enfrenta a un esquema de precios deprimido, lo que se traduce en una reducción directa de las transferencias por regalías. A esta situación se suma el desafío estructural de sostener una economía regional que ya de por sí arrastra altos costos logísticos y una baja diversificación productiva.
El escenario es complejo para todas las provincias productoras de gas y petróleo desde principios de este año. Neuquén, como principal productora del país, es especialmente vulnerable, ya que las regalías y la recaudación impositiva de la actividad energética representan más del 68% de sus ingresos. En mayo, las regalías de Neuquén cayeron un 13,7% interanual en términos reales, a pesar de que la producción se mantuvo en alza, debido al atraso cambiario y la baja del precio del crudo.
Chubut, históricamente la segunda provincia en volumen de producción petrolera, también sufre el impacto de la caída en el precio del crudo Brent. Con una matriz productiva más concentrada en el petróleo convencional –más costoso y menos competitivo que el no convencional de Vaca Muerta–, los ingresos provinciales se ven doblemente afectados: por la baja en el volumen y en el valor de mercado.
En Santa Cruz, los hidrocarburos son una de las principales fuentes de financiamiento provincial. El gobierno ha manifestado su preocupación por la caída de estos ingresos mientras enfrenta crecientes demandas sociales y restricciones presupuestarias para infraestructura y servicios básicos.
Finalmente, Mendoza, aunque también produce gas y petróleo, experimenta una merma en regalías que se combina con una menor recaudación por Ingresos Brutos y una baja en la coparticipación. Fuentes oficiales indicaron que la caída del 40% en la recaudación nacional por Ganancias fue uno de los golpes más duros para la provincia cuyana, al igual que para el resto del país.