

A un mes del trágico accidente que se cobró la vida de Carina y su pareja, sus dos hijos pequeños siguen en proceso de recuperación y su abuela, Carmen Ovejero, se convirtió en la voz de una familia golpeada por el dolor, pero sostenida por el amor. Desde su casa, que hoy ocupa de forma provisoria, la mujer intenta levantar una habitación para poder cumplir con uno de los requisitos necesarios para obtener la tutela compartida de sus nietos, junto con la otra abuela.
“Perdí a mi hija, perdimos a mi yerno... pero tenemos que salir adelante por los chicos”, dijo Carmen con la entereza que impone la necesidad. Con voz serena, detalló que Dylan y Lauti —los pequeños sobrevivientes— están mejorando día a día. “Dylan ya está bien, tuvo una operación larga pero ya está en pediatría y casi le dan el alta. Lauti se recupera de a poco, ya se sienta, le están haciendo kinesiología... pero va a necesitar más cuidados. No va a ser el mismo de antes por ahora”, explicó.
Carmen vive en una casa prestada por su pareja y cuenta con una pensión no contributiva que no le permite afrontar sola la adaptación del lugar. “Para que los chicos puedan venir, me exigen que tengan su propio espacio, y yo no tengo una habitación para ellos. Necesito construir, comprar camas, colchones, todo lo que haga falta”, expresó. Por eso, junto a sus hijas han lanzado una rifa solidaria y habilitado un número de contacto para quienes puedan colaborar.
Además, aclaró que si bien hubo una rifa anterior organizada por otra persona vinculada a la familia, no fue consultada ni recibió ayuda de esa vía. “Esta vez lo hacemos nosotras, mis hijas, para poder acondicionar la casa y recibir a los chicos como se merecen”, remarcó.
Carmen no solo agradeció a quienes acompañaron con oraciones y apoyo emocional, sino que apeló a la solidaridad concreta de la comunidad: “Todo lo que puedan donar, desde una chapa hasta un colchón, es bienvenido. Sé que Río Grande es muy solidaria. Solo pedimos un granito de arena para seguir adelante”.