La información fue ratificada por un alto oficial militar norteamericano, y coincide con lo anunciado por el presidente Donald Trump, quien aseguró que el operativo apuntó a los complejos de Fordow, Natanz e Isfahán, con una “carga completa” de bombas GBU‑57, diseñadas para penetrar instalaciones subterráneas reforzadas.

Objetivos y daños confirmados

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó que en Isfahán resultaron afectados cuatro edificios: el laboratorio químico central, una planta de conversión de uranio, una instalación de fabricación de combustible para el reactor de Teherán y una planta de procesamiento de uranio metálico enriquecido.

En Natanz, si bien los niveles de radiación no mostraron variaciones, se reportaron daños en talleres de producción de centrifugadoras, piezas clave para el enriquecimiento de uranio.

En Fordow, los medios estatales iraníes reconocieron que los accesos principales al complejo sufrieron impactos directos, aunque aseguraron que las instalaciones habían sido evacuadas previamente y que no había riesgo inmediato de emergencia radiológica.

Escalada bélica y tensión regional

El ataque se da en el contexto de una semana de máxima tensión entre Israel e Irán, con Estados Unidos ahora involucrado de forma directa. La “Operación Midnight Hammer” fue coordinada entre Washington y Tel Aviv, con el objetivo declarado de neutralizar la capacidad nuclear iraní y brindar apoyo estratégico a Israel.

Trump declaró que los ataques fueron un “éxito total” y advirtió que “cualquier intento de reconstrucción del programa nuclear iraní será considerado un acto hostil”.

Mientras tanto, Teherán promete continuar con su desarrollo nuclear, a pesar de la ofensiva y de las condenas internacionales cruzadas. Desde la ONU y varios países, entre ellos Rusia y China, llamaron a una desescalada urgente para evitar un conflicto regional de mayores proporciones.

Claves para entender el conflicto

• ¿Qué pasó? EE. UU. bombardeó tres complejos nucleares en Irán.

• ¿Con qué? Bombarderos furtivos B-2 y bombas penetrantes GBU‑57.

• ¿Dónde? En Fordow, Natanz e Isfahán.

• ¿Por qué? Para debilitar el programa nuclear iraní y apoyar a Israel.

• ¿Qué sigue? El régimen iraní promete continuar con su programa y anticipa una posible respuesta militar.