La enfermera Graciela Flamenco, quien se desempeñaba como personal civil en la unidad de detención número uno de Río Grande, en diálogo con el portal "Minuto Fueguino", le relató la situación que está atravesando después de haber sido desplazada de su puesto laboral tras denunciar serias irregularidades en el manejo de fondos. Según señaló, existía una caja chica que tenía como principal protagonista al oficial Elvio Montenegro, quien ya fue denunciado ante la justicia. Al respecto, Flamenco comentó que todo esto se inicia a través de un informe que hice en su momento por cuestiones irregulares dentro del área donde yo estaba trabajando. Como enfermera estuve durante ocho años en el servicio penitenciario y se prestó a esta situación durante un tiempo cuando firmaba planillas con recargos a un oficial que es quien nos decía al resto del grupo de personas que estábamos, que el objetivo era juntar fondos para mejorar el área. En un principio el dinero fue destinado a la cuenta del oficial Montenegro y después se pasó otro CBU porque era muy llamativo y en teoría se iba a armar una caja chica para poder juntar materiales o lo que hiciera falta dentro del área de sanidad. Muchas veces nos faltaron elementos y teníamos que salir a comprar, pero en teoría ese era el objetivo del recargo, juntar fondos cuando ese dinero tendría que estar en una caja chica para cuando haya alguna necesidad, pero eso no sucedía. Después de un tiempo me di cuenta de que ese dinero no aparecía por ningún lado y no había ningún tipo de reforma y empecé a averiguar para conocer el destino final del dinero que aportábamos con el resto de las personas que trabajábamos ahí. Yo era personal civil y el resto penitenciarios. Fue en ese momento cuando me di cuenta que no éramos solo nosotros, ya que había personal de otras áreas que hacía lo mismo. Pasaban dinero de recargos que iban a mejorar el servicio, pero no era así. Por esta situación pedí que se hiciera devolución del dinero y en su momento el jefe de la unidad hizo que me la devolvieran y se pudo hacer una compra de librería. Esa fue la única vez. Yo estuve aportando durante cuatro meses hasta que dije basta cuando fue mi licencia anual. También dijeron que iban a comprar pinturas y después me di cuenta que ya había pintura comprada. La enfermera dijo que decidió entonces hablar con uno de los jefes de Ushuaia. Le comenté la situación y ahora se inició esta investigación. Hace poco me citaron en el juzgado de instrucción 3 por este tema y me preguntaron si en algún momento mantuve una reunión con el resto del personal de sanidad y con Montenegro que estaba a cargo en su momento y yo expliqué que no. En teoría según me indicaron estaban autorizados a pasar de sus recargos y uno de los jefes fue el encargado de hacer la denuncia y si bien se hizo una investigación todavía no pasó nada. Asegura la enfermera que siente que fue castigada por hacer esta denuncia ya que la desvincularon y señaló hasta el año pasado podía sentarme a hablar con lo que sería la dirección. De hecho el director Cánovas estuvo en su momento y con él se reunió en el juzgado de instrucción 3 y me comentaron que no había tenido ninguna reunión con él y me preguntaron si en algún momento con lo que sería la dirección. De hecho el director Cánovas estuvo en su momento y con él se podía hablar. Uno tenía asistencia. Pasé por situaciones de violencia y un médico amagó con pegarme con un elemento contundente y en ese momento llamé al director para decirle que ese tipo de situaciones no quería aceptarlas más y menos como mujer.