martes 21 de enero de 2025 - Edición Nº2239

Generales | 6 ene 2025

DE USHUAIA A AUSTRALIA

Dura travesía del cura de 73 años que viaja solo en un bote y pesca para sobrevivir

Fedor Konyukhov tiene más de 25 récords mundiales y a principios de mes se embarcó en una nueva aventura: completar la vuelta a la Antártida en solitario. Remará desde el Cabo de Hornos hasta Australia, en un viaje que durará más de 200 días.


USHUAIA. Una larga barba y gorra de marinero adornan el rostro de Fedor Konyukhov, un explorador de 73 años que ha decidido sumar una nueva hazaña a su extenso currículum de aventuras extremas. Este ruso, conocido por sus numerosos récords mundiales, zarpó el 5 de diciembre de Ushuaia con el objetivo de remar en solitario desde el Cabo de Hornos hasta Australia, completando así su vuelta a la Antártida.

En esta travesía de 9000 millas náuticas, Konyukhov espera llegar a Cabo Leeuwin en unos 200 días, navegando por las inhóspitas y tempestuosas aguas del sur del planeta. Su barco, el AKROS, está equipado con lo último en tecnología de navegación y supervivencia, incluyendo paneles solares y un potabilizador de agua.

A lo largo de su vida, Konyukhov ha enfrentado los climas más extremos del mundo. Ha escalado el Everest dos veces, completado el desafío de las Siete Cumbres, dado la vuelta al mundo en globo aerostático y ha viajado tanto al Polo Norte como al Polo Sur. Ahora, con 73 años, busca una vez más desafiar los límites humanos.

En 2019, durante la primera parte de su vuelta a la Antártida, Konyukhov rompió un récord mundial al remar 6400 millas náuticas desde Nueva Zelanda hasta el Cabo de Hornos en 154 días. Esta segunda etapa promete ser igual de desafiante, si no más, dado que el aventurero se enfrenta a los infames vientos de los Furiosos Cincuenta y los Rugientes Cuarenta.

Óscar Konyukhov, su hijo y ayudante, afirma que la travesía es tanto un desafío físico como mental, con la parte mental siendo la más difícil de soportar. Durante esta odisea, Fedor debe contar únicamente con la fuerza de sus brazos y su espíritu.

Fedor cuenta con comida liofilizada y una caña de pescar para sobrevivir. Su hijo comparte que recientemente atrapó su primer calamar en 26 días de viaje, celebrando así una pequeña pero significativa victoria en el mar.

La travesía de Konyukhov es seguida atentamente desde Moscú por su hijo Óscar, quien monitorea su progreso vía satélite. Aunque el bote está diseñado como una cápsula de supervivencia, la salud de Fedor es una preocupación constante. Sin embargo, su vasta experiencia en la navegación oceánica les da confianza en que pueda superar los desafíos que el mar le presente.

Desde su partida, Fedor ya ha recorrido más de 2600 km y ha superado varios puntos geográficos críticos. El siguiente objetivo es cruzar el meridiano de Greenwich, un hito psicológico importante en su viaje hacia el este.

Konyukhov sigue avanzando, remando para la hazaña, remando para sobrevivir, solo en medio de la inmensidad del océano. Como escribió alguna vez Baudelaire, "Hombre libre, siempre adorarás el mar. El mar es tu espejo; contemplas tu alma en el desarrollo infinito de su oleaje".

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